¡Felicidades! Ya eres mejor periodista que el mono trastornado que ha escrito esa frase. Pero el periodismo implica mucho más que redactar…
En esencia, los periodistas se dedican a escribir historias. La trampa está en que sus historias tienen que tener al menos una pizca de verdad (aunque algunos son expertos en eso dar de sí la realidad), y también suele ayudar ser el primero en publicar una historia.
«La entradilla debe tener la información principal de la exclusiva, mientras que la paja se deja para el final, y se deben citar las fuentes.»
Hay mucho trabajo de investigación en el periodismo, y la clave es la rapidez. Si tienes los pulgares retorcidos de escribir a velocidad supersónica en el WhatsApp, ya vas por buen camino (seguro que no te lo habían dicho nunca).
Los periodistas trabajan a la velocidad de un rayo en cuanto descubren una noticia fresca. ¡Y no solo se dedican a escribir para periódicos! Los blogs, los informativos de televisión, la crítica musical, las retransmisiones deportivas, la fotografía… hay muchas formas de periodismo diferentes.
¿Qué esperas que te digamos? ¡Pues claro! Crea tu propio blog y escribe entradas sobre lo que sea; practica distintos estilos de escritura y piensa titulares que llamen la atención. Entérate de si tu colegio o tu pueblo tienen un periódico con el que puedas colaborar para presumir de tu redacción.
(Si te duelen los ojos, tienes madera de redactora). Y hasta ahí la información que nos han dado nuestras fuentes. El periodismo es un mundo muy competitivo, así que necesitarás acumular experiencia para conseguir un trabajo estable; ¡asegúrate de tener una gramática y ortografía inmaculadas!
Y si la gramática no es lo tuyo... piensa en hacerte reportera gráfica (es broma, los buenos camarógrafos también necesitan escribir y expresarse bien).